¿Te has preguntado por qué evitas hacer tus tareas pendientes y las postergas a pesar de que eso después te produce estrés? La respuesta es sencilla, como te es difícil mantenerte concentrado cuando no tienes presión, prefieres dejarlo para el último momento para que así, con esa tensión puedas mantenerte enfocado. No es culpa tuya, así funcionamos casi todos.
Nos acostumbramos a estos malos hábitos y los hacemos cotidianos o normales en nuestro día a día porque llevamos mucho tiempo descuidando a nuestro cerebro. Pocas personas saben mantenerse concentradas, es decir, con un enfoque constante en sus tareas; por esto, es normal la desmotivación o la tardanza al tomar decisiones. En términos generales, podría decirse que muy pocos logran ser productivos, en realidad.
El problema es que creemos que estas cosas sólo suceden cuando un trabajo no es lo suficientemente atractivo para nosotros, pero no es así. Las funciones de enfoque y concentración deben suceder de manera regular en nuestro cerebro, pero éste, para funcionar correctamente en estas y otras actividades, necesita mantenimiento y una buena administración.
Para entenderlo, es importante analizar cómo funciona. El cerebro nunca deja de procesar, regular y monitorear una red increíblemente compleja de señales y reacciones neuroquímicas; por lo que necesita cuidados continuos para poder reparar sus células y sentirse con energía. Aunque cuenta con la capacidad de regularse de manera natural, existen maneras de acelerar y motivar estas funciones de restauración cerebral. Una de las más efectivas y recomendadas es el uso de nootrópicos, también llamados medicamentos inteligentes, por ser capaces de mejorar las vías de producción de energía del cerebro de manera natural.
Los nootrópicos mejoran la actividad de las catecolaminas (grupo de hormonas que incluyen la adrenalina, noradrelina y dopamina), aumentan los niveles de energía celular, reducen la fatiga cerebral, disminuyen las vías cognitivas sobre-activas y optimizan la liberación del cortisol (la hormona del estrés).
Gracias a lo anterior, los nootrópicos te ayudan a ser más productivo porque promueven un flujo de pensamiento relajado y con energía, con lo que tu organismo se vuelve más resistente a las distracciones y a trastornos emocionales. Esto promueve la capacidad de tomar decisiones de forma más rápida y asertiva, además de mantenerte motivado para realizar todas tus tareas.
Darle vueltas y vueltas a los pendientes sin decidir poner manos a la obra, no tiene que ser tu “pan de todos los días”. Concentración y enfoque son dos cualidades que tienes muy a la mano con el uso de nootrópicos ayudando a tu mente a funcionar mejor. No es magia, aunque pareciera.